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La importancia de los acompañantes (The importance of companion)

  • selvaamini
  • 17 ago 2017
  • 4 Min. de lectura

Puede que piensen que esta parte en una salida de campo no es importante, pero a decir verdad, es FUNDAMENTAL. Hay muchas cosas que como investigadores podemos hacer y en las que somos autosuficientes, sin embargo, las personas que nos acompañan en un viaje de campo para guiarnos, en la mayor de los casos locales de la zona, quedan en un pequeño apartado llamado Agradecimientos.

Wade Davis en su libro "El Río" nos muestra esto hablando de "Pacho", el joven de temprana muerte que era el acompañante de Richard Evan Schultes en varias de las expediciones que realizó en Colombia siendo muchas veces fundamental para la supervivencia y el quehacer científico de esta gran figura de la Universidad de Harvard.

Sin ánimos de compararme con semejante personaje que fue el Pr Schultes, durante mi trabajo de grado conocí a dos personas que cambiaron mi vida en gran medida que fueron Don José y Don Cristóbal, mis dos guías de campo, el primero en Mariquita y el segundo en Leticia (dos de mis lugares de muestreo). Ambos, dos seres con un conocimiento sobre la naturaleza y los procesos ecológicos que muchos biólogos desearían poseer porque muchas veces la misma rigurosidad académica nos hace olvidar que el conocimiento empírico de personas que conviven diariamente con su medio es tan (o más) valioso como el que obtenemos después de 5 años en un aula de clase.

Empezaré por Don José, tal vez uno de los botánicos más apasionados que he conocido, hablando y hablando sin parar del Bosque de José Celestino Mutis, el cual hoy se encuentra reducido por el aumento de la población en la zona. Conoce toda la vida de este precursor de la Expedición Botánica de Colombia y toda la vida de este bosque desde la época en la que este religioso paseaba por sus caminos en búsqueda de nuevas especies. Cada planta es como si fuera para él un elemento sagrado, conoce todos los árboles, muchos los ha sembrado él incluso... En su casa posee fotos con grandes científicos que han visitado con él la zona y así se ha ganado la vida, cuidando, recorriendo y restaurando el lugar que ve deteriorándose poco a poco, como su cuerpo. Al hablar de estos dos últimos temas, debe aguantar el llanto. Su hija es bióloga, y a pesar de que es experta en serpientes, espero que de alguna manera u otra siga su legado y que no ocurra lo que él teme: que el bosque muera con él.

Por otro lado, Don Cristóbal, indígena Huitoto, es incuestionablemente hábil, resistente y muy comprometido con su comunidad. Además de todo el conocimiento que le ha sido dado por su cultura para obtener remedios caseros para todo tipo de males como la mordedura de una serpiente o una araña, fiebres y la malaria, llamó mi atención el que estuviera tan poco predispuesto a las mil y un preguntas que yo le formulaba. La historia de esta comunidad y sus conocimientos es un tanto triste, ya que en el siglo XX antropólogos y otros investigadores fueron a convivir con ellos y publicaron libros completos de su sabiduría, incluso, tiendas en las ciudades que comercializan sus emplastos y brebajes sin su autorización y ninguna remuneración económica. A pesar de más de sus 60 años de edad, parecía un niño al lado mío porque su comunidad indígena en general le tiene miedo del reino fúngico, solo saben que son hongos, pero no tienen nombres para ellos en su propia lengua ni los utilizan para casi ningún fin, así que me preguntaba cómo se llamaban todos y cada uno de los hongos que veíamos en el camino. Me preguntaba los usos de esos hongos y me advertía una y otra vez que eran organismos muy peligrosos y que era mejor no probarlos, probablemente a malas experiencias de él o de su comunidad. Y así, íbamos juntos sin parar de hablar compartiendo nuestros conocimientos, lo cual no solo hizo que yo aprendiera innumerables cosas de él, sino que tal vez, ahora Don Cristóbal no tenga tanto miedo de los hongos y cuando esté con sus nietos en alguna caminata pueda mencionar el nombre de algún hongo y continuar el vínculo de aprendizaje.

Este es un pequeño homenaje a estas dos personas a las cuales admiro y que espero que pueda encontrarme en algún otro momento de mi vida y saber que sus mundos, sus bosques, sigan allí y que ojalá todo lo que ellos representan sea una semilla que pueda llegar a futuras generaciones.

Maybe you may think that this is not important on a field trip, but it is PARAMOUNT. There are many things that as researchers we can do and be sufficient, however, the people that walks by our side to guide us (usually people from the study area) stay in the Acknowledgements part of the article, if they are named. Wade Davis in his book "The River" shows us the relevance of companionship mentioning "Pacho", the young gentleman that died very soon that was by Richard Evan Schultes side in some of the expeditions that he carry out in Colombia. "Pacho" was fundamental for the survival and the scientific endeavor of this noted figure of the Harvard University.

Of course I would not dare to compare myself with R.E. Schultes, but during my bachelor thesis I met two people that changed my life in a great manner: Don José and Don Cristóbal. They were my field guides, the first in the town of Mariquita and the second in Leticia, capital of the Colombian Amazon jungle. Both were full of knowledge about nature and the ecological processes that many biologist would like to possess, because we in the Academy some times forget about the empirical acquaintance of the people that live together with their environment is almost as valuable (even more in some cases) as the understanding of biology that you can earn in a classroom for the five years of the BSc.


Bosque Mutis.

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